« Viniendo al mundo Jesús portaba los reflejos de la belleza de la Virgen sobre la frente, su limpieza, su pureza en la mirada, es así que se siente la belleza de la Virgen en Cristo Redentor »
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Virgen del Signo
viernes, 18 de enero de 2013
Inundacion de la Gruta de Lourdes Octubre 2012
Impresionante! Si no habian visto imagenes de la peor inundacion del Santuario de Lourdes, aqui va una. Las oraciones del mundo entero y la Gracia de Dios permitio que no se destruyera!! GRACIAS SEÑOR!
Lourdes France : Hymn to Mary - Ode a Maria
domingo, 13 de enero de 2013
Lourdes una puerta de la fe.
Tema pastoral 2013
Recopilacion ; Profundizacion del Santuario de Lourdes.
http://es.lourdes-france.org/profundizar/tema-pastoral-2013

Probablemente estamos bautizados. Pero ¿qué sabemos de nuestro bautismo, de la fecha, del lugar? ¿Cómo se llama el que nos bautizó, el padrino, la madrina? ¿Tenemos quizás algún recuerdo de ese día: una medalla, una estampa, una fotografía?
Si tenemos ocasión de asistir al bautizo de un niño, oímos que el celebrante se dirige a los padres preguntándoles: “¿Qué pedís para este niño?” Si los padres quieren que su hijo sea realmente bautizado, tienen opción entre dos respuestas equivalentes: “El bautismo” o bien “la fe”. El bautismo,es lógico. Pero ¿por qué pedir la fe y no el bautismo? Porque, por el bautismo, recibimos la fe. Así pues, si hemos recibido la fe, es que estamos bautizados.
La fe es un don de Dios. Un regalo que recibimos. Un don que, desde el momento del bautismo, constituye la relación con Dios. Ahora bien, este regalo está llamado a crecer para que estemos más cerca de Dios, más íntimos del Señor, ¿Cómo es eso? ¡Creyendo! En efecto, creyendo es como se fortalece nuestra fe y como se profundiza y se intensifica nuestra relación con Dios.
Creer por tanto es una actitud activa. Así pues, desde que entramos en el modo de la fe hemos franqueado una puerta que se abre en nuestra existencia y por esta puerta, hemos entrado en otro mundo, en una manera distinta de vivir, en el mundo de Dios.
El Evangelio nos muestra a un hombre que presenta su hijo atormentado a Jesús, diciéndole: “Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos”. Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho gritó: “Creo, pero dudo, ayuda mi falta de fe». (Mc 9, 22-24)
Señor, yo también creo pero ayuda mi poca fe.
Te lo pido por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes, que es dichosa porque ha creído:
Ayúdame a entrar por la puerta de la fe que has abierto para mi
Recopilacion ; Profundizacion del Santuario de Lourdes.
http://es.lourdes-france.org/profundizar/tema-pastoral-2013
Probablemente estamos bautizados. Pero ¿qué sabemos de nuestro bautismo, de la fecha, del lugar? ¿Cómo se llama el que nos bautizó, el padrino, la madrina? ¿Tenemos quizás algún recuerdo de ese día: una medalla, una estampa, una fotografía?
Si tenemos ocasión de asistir al bautizo de un niño, oímos que el celebrante se dirige a los padres preguntándoles: “¿Qué pedís para este niño?” Si los padres quieren que su hijo sea realmente bautizado, tienen opción entre dos respuestas equivalentes: “El bautismo” o bien “la fe”. El bautismo,es lógico. Pero ¿por qué pedir la fe y no el bautismo? Porque, por el bautismo, recibimos la fe. Así pues, si hemos recibido la fe, es que estamos bautizados.
La fe es un don de Dios. Un regalo que recibimos. Un don que, desde el momento del bautismo, constituye la relación con Dios. Ahora bien, este regalo está llamado a crecer para que estemos más cerca de Dios, más íntimos del Señor, ¿Cómo es eso? ¡Creyendo! En efecto, creyendo es como se fortalece nuestra fe y como se profundiza y se intensifica nuestra relación con Dios.
Creer por tanto es una actitud activa. Así pues, desde que entramos en el modo de la fe hemos franqueado una puerta que se abre en nuestra existencia y por esta puerta, hemos entrado en otro mundo, en una manera distinta de vivir, en el mundo de Dios.
El Evangelio nos muestra a un hombre que presenta su hijo atormentado a Jesús, diciéndole: “Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos”. Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho gritó: “Creo, pero dudo, ayuda mi falta de fe». (Mc 9, 22-24)
Oración
Señor, yo también creo pero ayuda mi poca fe.
Te lo pido por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes, que es dichosa porque ha creído:
Ayúdame a entrar por la puerta de la fe que has abierto para mi
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